Vida
Cristiana, cuestión de Fe, Constancia y Amor.
Por: Isaac
Cisneros Barragán
a 8 de Julio de 2015
Presentado
para animar y despertar en la congregación del Pueblo de Dios el deseo de
servir a los demás, permanecer en la fe en Cristo, ser responsables ante
nuestro llamado y crecer en amor hacia el prójimo.
INTRODUCCIÓN
Queridos Amigos espero que el día de hoy Dios haya dejado
ver su rostro en sus vidas y ya sea que en bendición, escases, alegría o pena
usted esté resuelto, decidido a honrar y glorificar a nuestro Señor y estoy
seguro que así es.
Antes de entrar de lleno al tema les cuento de forma
breve cuál será el contenido del escrito de esta noche, en primer lugar el escrito
lleva por título: “Vida Cristiana
cuestión de fe, constancia y amor”. El
propósito de este tratado es dar esperanza y ánimo a través de la fe en Dios y
en la eterna verdad de que él es el guardián de nuestras almas y que no hay
situación por pequeña que parezca en nuestro diario vivir de la cual Dios no
esté enterado. De igual manera el propósito de este mensaje es recordar, animar
y exhortar a cada uno de ustedes a ser constantes en los principios Cristianos
que deben regir nuestra vida y por último pero no menos importante invitar a
que juntos en amor pongamos en práctica lo aprendido el día de hoy y no
quedarnos con el conocimiento sino transmitirlo a los demás por medio de
nuestro ejemplo, que sin duda es a final de cuentas el espejo de nuestras
convicciones más arraigadas.
“Lo que hacemos habla mucho de lo que somos”
Dicho esto los
invito a que juntos como pueblo de Dios que somos nos pongamos en las manos de
nuestro Señor, y le roguemos por sabiduría, entendimiento y humildad para
recibir este mensaje.
1.
Vida Cristiana Cuestión de Fe
1Jn 5:4 Porque todo lo que es nacido de
Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.
1Jn 5:5 ¿Quién es el que vence al mundo,
sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
La
definición Bíblica de Fe es: “La certeza de lo que se espera, la convicción de
lo que no se ve” La Biblia dice y enseña que el hombre aún y con su condición
caída pecadora y en decadencia, si es tocado por la gracia de Dios y es puesto
en su corazón el deseo de responder en fe al llamado de creer en la
regeneración de su alma por medio de la bendita Sangre de Cristo Jesús, ese
hombre, mujer o jovencito o jovencita, anciano o anciana en el momento en que
ha confiado en Cristo ha nacido a una vida eterna de la cual nada ni nadie le
puede despojar, o sea nadie le puede quitar su vida eterna una vez que creyó a
Dios por medio de Cristo.
Hasta
aquí todo está bien y en su lugar pero, ¡cómo es posible que teniendo un Dios
que es capaz de arrancar de las garras de la condenación a un alma arrepentida,
en ocasiones nos comportemos como si nuestro Dios fuera débil y en Él no
hubiera suficiente poder para arrancar de su desenfreno a familiares, amigos o
aún a nosotros mismos!
¡Cómo
es posible que hablemos de lo seco que Dios dejó el fondo del mar rojo durante
el éxodo de Israel en Egipto pero no vivimos creyendo en que Él nos solventara
hasta las necesidades más básicas que tengamos!
Creemos
y enseñamos a un Dios que limpia la lepra, que sana enfermedades, que regresa
la vista al ciego, que quita la sordera, que regresa el habla al mudo, que
regresa a la vida a quien desea, pero no vivimos como si Dios fuera a hacer
algo por nuestras enfermedades, o por las enfermedades de nuestros familiares o
amigos.
La
situación que como congregaciones podamos estar viviendo no es nada a
comparación del poder restaurador y regenerador de nuestro Señor quien nos
puede levantar una vez más como aquella congregación fuerte, dedicada, llena de
vida y juventud llena de conocimiento pero sobre todo de amor por los demás,
pero para eso necesitamos fe hermanos, fe en aquél que es el único que puede
restaurarnos.
Si
Cristo estuviera físicamente hoy y aquí seguro diría que ha encontrado más fe
en los grupos sensacionalistas que enseñan herejías que en este su pueblo
escogido que atesora su verdad, y eso no es motivo de orgullo hermanos.
Hemos
sido indolentes y faltos de fe pues la palabra dice que si alguno pide pida con
fe pues aquél que pide sin fe es semejante a la onda del mar, que es arrastrada
por el viento y echada de una parte a otra, no piense pues quien tal haga que
recibirá cosa alguna del Señor. Santiago 1:6 y 7.
Lo
bueno hermanos es que Dios hoy como siempre tiene sus brazos abiertos para
recordarnos que Él es paciente y que nuestra fe puede ser renovada día a día y
que basta solo un poco de ella para mover montañas.
Así
que hermanos y hermanas yo los invito a que vivamos como si Dios estuviera
frente a nosotros guiándonos como un poderoso Gigante que nos cuida, nos
sostiene, venda nuestras heridas y nos muestra su amor.
¿Hermano
quieres restaurar tu fe para con el Señor, quieres volver a vivir con fe,
Quieres volver a ser ese Cristiano que dependía de Dios su creador y no de sí
mismo?
Hoy
es el día, te invito a que como se nos ha enseñado ya varias veces por parte de
hermanos de fe en este momento en tu lugar te pongas de rodillas ante Dios y le
digas que quieres en verdad restaurar ese vínculo de dependencia y confianza
que se había debilitado y tomes un momento de oración y terminando continúes
con la lectura de éste mensaje.
Hebreos
11:16 dice:
Pero
sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a
Dios crea que la hay, y que es
galardonador de los que le buscan.
Hermanos
un Cristiano sin fe, está perdido. Luchemos día a día por fortalecer esa parte
esencial de nuestra vida Cristiana.
2. Vida
Cristiana cuestión de Constancia
1ª Juan
3:23-24 enseña que el que guarda los mandamientos de Dios permanece en
Él, (1Jn 3:23 Y este es su mandamiento: Que
creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos unos a otros como nos
lo ha mandado.
1Jn 3:24 Y el que
guarda sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios en él. Y en esto sabemos que
él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.)
La pregunta es: ¿Qué tan constantes somos en Cristo?
La constancia en la vida Cristiana
se mide tanto cuantitativamente así como cualitativamente o sea: en volumen
de tiempo o recursos así como en la calidad con la que los ofrecemos, ¿Cómo
consideras que te calificaría Cristo que ha visto tu servicio desde el
principio de tu nuevo nacimiento hasta el día de hoy? ¿Has sido constante?
Imaginemos a un médico que tenía 50 años desde su graduación de la
facultad de medicina pero tenía más de 30 años sin ejercer su profesión. Pregunta:
¿Ese hombre había perdido su título de doctor? No, pues su titulo ya lo había
ganado en base a sus estudios, ¿pero que si hablamos de su eficacia como
médico?
Tiene más de 30 años sin ejercer, ¿acaso tendrá problemas para ponerse
al día y volver a ayudar en la recuperación de una persona? ¡Seguramente!, ¿dejarías
tú que te interviniera quirúrgicamente luego de 30 años sin pisar un quirófano?
Definitivamente no.
Usted y yo ingresamos al pueblo de Dios al momento en que nos aferramos
a su sacrificio y resurrección como el pago para ser salvos de la condenación,
pero ¿hemos ejercido estos años?
Esa es la duda, en todas las congregaciones del pueblo de Dios podemos
ver lo siguiente: Jóvenes más interesados en jugar algún videojuego de moda o
conocer los resultados de un partido de futból de la liga de otro continente que en hacer un estudio Bíblico o evangelizar,
señoritas más preocupadas por su relación de noviazgo o su apariencia física
que por su relación con Dios y su apariencia espiritual, hermanas que se
deleitan más en los rumores o chismes que en una nutrida charla del poder y
restauración que hay en Cristo Jesús, varones más afanados en regular la vida
de todos sus semejantes (o sea en componer el mundo) pero sin interés por
conocer profundamente que es lo que Dios exige de ellos tanto en la
congregación como en el hogar y líderes más interesados en la obra del Señor
que en el mismo Señor de la obra.
Amigos No se cierren, esta es la parte que duele pero es la que hace
crecer, necesitamos hermanos, tomar cada uno de nosotros nuestro lugar en esta
carrera y correrla con paciencia y constancia, de nada le sirve a Dios un
creyente que permanece sentado durante años, hermano usted y yo somos soldados
de Dios cada uno de nosotros tenemos un llamado único y especial y todos
tenemos dones de parte de Dios que deben ser utilizados y ejercitados para su
honra y gloria.
Recordemos la parábola de los
talentos, cómo aquel hombre que los puso a trabajar fue bendecido con más y en contra parte cómo aquel que decidió no usarlos fue avergonzado por su
negligencia ¡hay que trabajar nuestros dones!
Y de igual manera les digo lo siguiente: dejen que los dones de sus
hermanos florezcan, se siente muy bonito que uno sea elogiado por lo bueno que
Dios ha trabajado en nuestra persona, pero recuerda hermano, no solo eres tú,
también hay otros que desean desarrollar o incluso descubrir sus dones pero si
permaneces indolentemente en tu lugar sin pensar en cómo ayudar a los demás a
desarrollar sus dones estas siendo egoísta, y un estorbo para el desarrollo
saludable del cuerpo de Cristo.
Seamos constantes y más exigentes con nosotros mismos y pongamos a
trabajar esos dones que Dios nos dio para usarlos no para esconderlos o
apagarlos.
Recuerden hermanos que la vida Cristiana es cuestión de Constancia.
3.
Vida Cristiana cuestión de Amor
Dice la palabra que si habláramos en lenguas
angelicales y trasladáramos los montes con nuestra fe o si tuviéramos toda la
profecía pero no hay amor en nosotros seríamos como un metal que resuena o como
un címbalo que retiñe, simplemente no seríamos nada.
Hermanos hasta aquí hemos visto la importancia
de la fe y de la constancia en la Vida Cristiana pero es importante que el amor
sea el broche de oro que cierra este mensaje, vamos a 1ªJuan 4:7-11
1Jn 4:7 Amados, amémonos unos a otros;
porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a
Dios.
1Jn 4:8 El que no ama,
no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.
1Jn 4:9 En esto se
mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito
al mundo, para que vivamos por él.
1Jn 4:10 En esto
consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos
amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.
1Jn 4:11 Amados, si Dios
nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros.
Que hermoso sería ver una Iglesia
un pueblo que se amara profundamente, que el vínculo que lo mantuviera unido no
fuera una postura teológica, o la necesidad, o la conveniencia o la comodidad,
sino el amor, el amor no fingido, el amor puro que desciende de lo alto.
Hablando de este amor debemos
pensar en que hay muchas y muy variadas expresiones de amor, en este punto
quiero referirme en su totalidad al amor entre hermanos. Por ejemplo una
expresión de amor es el interés genuino por las necesidades de tus hermanos.
¿Cuándo fue la última vez que le preguntaste a alguien si necesitaba algo con
la intención de proveer y no solo de sacar platica? ¿Cuándo fue la última vez
que en lugar de darte un gustito proveíste a una necesidad real en la vida de
tus hermanos?
En ocasiones es muy sencillo hablar
del amor de Dios pero no es tan sencillo cuando este amor afecta tu bolsillo
¿cierto?
¿Cuándo fue la última vez que te
ofreciste a orar por una persona y si cumpliste? Es fácil decir a un hermano en
dificultad que te vas a desvelar orando por él pero no es sencillo hacerlo o
recordarlo, no nos engañemos y tengamos cuidado con esto que es serio y
delicado, es la esperanza de personas.
¿Cuándo fue la última vez que te
pasaste una tarde platicando con alguien tratando de servir como un oído
amigable a sus problemas y fuiste de bendición dándole un consejo de parte de
Dios?
Entiendo que en ocasiones no se
puede, ya sea por tiempo, trabajo etc… pero, ¿Nunca?
Cuidado hermanos, es muy sencillo
enfriarnos en cuanto a nuestro amor, ya sea por Dios o por nuestro prójimo.
Luchemos día a día por mantener
encendida la llama de amor por nuestros semejantes, en primer lugar amando a
Dios sometiéndonos a su voluntad, estando felices con lo que nos mande y
conformándonos a su plan, en segundo lugar dejar el egoísmo y recordar que
debemos tener una bien marcada vida de servicio hacia los demás, dando a cada
quien su lugar y su tiempo; a Dios, a la familia, al trabajo comunitario, etc.
Dios es claro, Él nos ha amado,
ahora le debemos el amar a los demás.
Dice la palabra de Dios en Apocalipsis lo siguiente: Apocalipsis 2:4 Pero tengo contra ti, que has dejado tu
primer amor.
Apocalipsis 2:5 Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y
arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y
quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido.
Arrepiéntete si has
caído en esto, se humilde y honesto y evalúa cómo ha sido tu amor por tu
prójimo, ¿digno de imitar, o digno de reprender?
Conclusión:
Dios
bendiga a los que abrieron su oído y corazón a su palabra,
Dios
bendiga a los que entendieron que debemos crecer en fe para agradar a Dios, y
para ver su poder en nuestras vidas y en nuestra iglesia.
Que
Dios bendiga a los que entendieron que es importante dejar de jugar al
cristiano y que es importante poner en práctica los dones y dejar que otros
también los desarrollen no siendo un estorbo sino bendición en la vida de los
que nos rodean.
Que Dios bendiga a quienes entendieron que sin amor es
imposible mantener al pueblo de Dios unido y que es nuestro trabajo,
responsabilidad y llamado reflejar ese amor hacia este mundo, en especial a la
Iglesia de Cristo, a su pueblo Santo.
Dios les bendiga amigos espero estas palabras cumplan
su propósito en cada uno de ustedes, Bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario